es curioso como la iluminación escénica es capaz de llevarte a habitar lugares a partir de sus proporciones, intensidades e intensiones.
los lugares oscuros
aquellos que te orillan a los pensamientos mas recónditos
la oscuridad que te lleva a donde habitan las cosas que pocas veces salen a la luz.
en un lugar con poca luz la visión se hace difícil por lo que los sentidos, además del de la vista, deben estar mas alerta. [¿esto me hace distraerme de lo esencial?]
los lugares iluminados
aquellos que me permiten observar con mas claridad
el pensamiento en estos espacios suele estar mas limpio, mas claro
en un espacio iluminado soy capaz de ser mas consiente y de estar mas concentrado
habitar lo práctico.
ser pragmático.
¿será posible, así como el espacio dependiendo de su iluminación, que el pensamiento pueda también jugar con cada espacio sin importar que tanta o poca luz habite en el?
[reflexión a partir de las funciones de "Todo es Cuestión de Tiempo" de Andrea Chirinos en el Festival Internacional de Danza Contemporánea de Morelia, Michoacán. octubre 2012. y las funciones de la obra "=6" de Benito González en el teatro Félix Azuela. diciembre 2012]